Todos sabemos de que una cancha de polo profesional, requiere de planificación y construcción adecuada. Y que posteriormente se le brinde todos los cuidados necesarios para que esta siga estando en condiciones adecuadas para el juego a través de los años y de los partidos jugados.
Las indicaciones dadas por un profesional especializado junto con el uso correcto de la maquinaria y los agroquímicos adecuados, hacen que finalmente los jugadores, el bien más preciado del polo y los caballos compañeros indispensables del juego, puedan demostrar todo su potencial sin correr riesgos innecesarios.
Algunos consejos que se usan en estas canchas podrán ser aplicados en las canchas amateur que muchos poseen, y con el paso del tiempo lograr mejorarlas sustancialmente para que se puedan jugar sabiendo que estamos en proceso de llegar a una cancha óptima.
Es ideal que una cancha sea plana, si el terreno permite una buena infiltración de agua. Esta situación no se da generalmente en los suelos de nuestra pampa húmeda. Por lo que sería interesante lograr una pendiente mínima hacia los cuatro lados, logrando una superficie que permita el escurrimiento parejo del agua y no perjudique el juego.
En casos en que esto no sea posible es conveniente realizar practicas de aireación.
La superficie debe ser lisa, y bien cortada, para lo cual es necesario contar con maquinaria helicoidal adecuada con un correcto mantenimiento( nivelación y filos).
Los cortes verticales y los top dressing antes y al final de cada temporada son importantes para lograr un buen césped y un suelo firme, que permita que la pelota haga su juego, que permita la amortiguación adecuada para que la pata del caballo no se entierre con riesgos para el jinete y el caballo ( entre ambos suman un peso aproximado de 400 kg, apoyados en las 4 herraduras). Esto además rompe la cancha, más allá de los piques normales, por lo que el mantenimiento para una correcta recuperación de la misma se complica.
Pensar que una correcta elección del césped, o el mejoramiento de la especie base del terreno elegido para la cancha debe ser acompañada con controles de malezas y fertilizaciones adecuadas, para muchos es casi un imposible, dada la gran superficie de las mismas 4 a 5 has , si contamos con los retiros. Pero no deben considerarlo como un gasto, sino como una capitalización, ya que finalmente le darán un valor agregado a su patrimonio. Se transformará en una cancha que invite a jugar, y en la que nuestros jugadores logren demostrar las habilidades para la cuales entrenan y logran ser los mejores. Y que nuestros caballos, con las mejor genética expongan todo el potencial para el cual han sido criados.
De esta forma contribuiremos a seguir sosteniendo que el nuestro siga siendo el mejor Polo del mundo.
Las indicaciones dadas por un profesional especializado junto con el uso correcto de la maquinaria y los agroquímicos adecuados, hacen que finalmente los jugadores, el bien más preciado del polo y los caballos compañeros indispensables del juego, puedan demostrar todo su potencial sin correr riesgos innecesarios.
Algunos consejos que se usan en estas canchas podrán ser aplicados en las canchas amateur que muchos poseen, y con el paso del tiempo lograr mejorarlas sustancialmente para que se puedan jugar sabiendo que estamos en proceso de llegar a una cancha óptima.
Es ideal que una cancha sea plana, si el terreno permite una buena infiltración de agua. Esta situación no se da generalmente en los suelos de nuestra pampa húmeda. Por lo que sería interesante lograr una pendiente mínima hacia los cuatro lados, logrando una superficie que permita el escurrimiento parejo del agua y no perjudique el juego.
En casos en que esto no sea posible es conveniente realizar practicas de aireación.
La superficie debe ser lisa, y bien cortada, para lo cual es necesario contar con maquinaria helicoidal adecuada con un correcto mantenimiento( nivelación y filos).
Los cortes verticales y los top dressing antes y al final de cada temporada son importantes para lograr un buen césped y un suelo firme, que permita que la pelota haga su juego, que permita la amortiguación adecuada para que la pata del caballo no se entierre con riesgos para el jinete y el caballo ( entre ambos suman un peso aproximado de 400 kg, apoyados en las 4 herraduras). Esto además rompe la cancha, más allá de los piques normales, por lo que el mantenimiento para una correcta recuperación de la misma se complica.
Pensar que una correcta elección del césped, o el mejoramiento de la especie base del terreno elegido para la cancha debe ser acompañada con controles de malezas y fertilizaciones adecuadas, para muchos es casi un imposible, dada la gran superficie de las mismas 4 a 5 has , si contamos con los retiros. Pero no deben considerarlo como un gasto, sino como una capitalización, ya que finalmente le darán un valor agregado a su patrimonio. Se transformará en una cancha que invite a jugar, y en la que nuestros jugadores logren demostrar las habilidades para la cuales entrenan y logran ser los mejores. Y que nuestros caballos, con las mejor genética expongan todo el potencial para el cual han sido criados.
De esta forma contribuiremos a seguir sosteniendo que el nuestro siga siendo el mejor Polo del mundo.
María Alejandra Di Fabio.
Ingeniera Agrónoma.
Especialista en Céspedes Deportivos.
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